El jengibre es una planta de origen asiático que se fue extendiendo hacia Europa y América entre los siglos XI y XI.
Era una de las especies más apreciadas como remedio natural para algunas dolencias, como vértigo, úlceras, inflamaciones....
Pasó de ser usado como remedio natural a ser un ingrediente esencial del pan de jengibre, especialmente popular en Alemania.
El pan de jengibre puede aparecer en forma de pastel o de galleta. A las galletas se les suele dar forma de casita navideña o de muñeco.
Parece ser que el primer hombrecillo de jengibre se lo debemos a la reina Isabel I de Inglaterra, la cual agasajaba a sus invitados con estas galletas.
El muñeco de jengibre o gingerbread man aparece en un cuento popular de finales del siglo XIX titulado " El Hombre de Jengibre".
Este cuento trata sobre un panecillo que se escapó del horno de su repostera, iniciando un largo camino de obstáculos que logro esquivar hasta que fue devorado por un zorro.
Y quien haya visto la película "Shrek" se acordará de "Jengi", el muñequito de jengibre del siglo XXI.
En Norteamerica es tradición hornear estos deliciosos hombrecillos por Navidad.
Se suelen decorar con glasa blanca o de colores pero yo he optado por estos springels, para variar un poco...
En casa nos han gustado mucho porque no tienen un sabor fuerte. Las hice con un poco de miedo.Pensaba que a mis hijas no les gustarían porque las habíamos probado en Inglaterra, y a ellas les resultaron picantes. Os aseguro que estas galletas no pican en absoluto. Están riquísimas.
Ingredientes: ( Para unas 30 unidades)
1 huevo mediano
90 gr de mantequilla a temperatura ambiente
60 gr de azúcar moreno
200 gr de harina
1/2 cucharadita de bicarbonato
1 cucharadita de jengibre
1 cucharadita de canela
1/4 cucharadita de pimienta blanca
1/4 cucharadita de nuez moscada
1/4 cucharadita de sal
60 gr de miel de caña
Springels variados para decorar
Preparación:
Tamizar la harina junto con el bicarbonato, la sal y las especias. Reservar.
Con la ayuda de una amasadora con varillas o de una batidora eléctrica, batir la mantequilla a temperatura ambiente junto con el azúcar, a velocidad baja, hasta que la crema se vea clara y esponjosa.
Aumentar la velocidad e incorporar el huevo y la melaza.
Reducir la velocidad y añadir poco a poco, de 2 en 2 cucharadas la mezcla de la harina que teníamos reservada. batir hasta obtener una masa homogénea.
Envolver en film transparente y dejar reposar en la nevera de 6 a 8 horas.
Sacar la masa de la nevera y dejarla ablandar unos 5 minutos..
Enharinar ligeramente la superficie de trabajo y extender la masa con un rodillo dándole unos 4mm de grosor..
Cortar los muñequitos con el cortapastas.
Sí las vais a decorar con springels, este es el momento de adornar los muñequitos. Sí los vais a decorar con un glaseado, lo hacéis cuando las galletas estén totalmente frías.
Preparar la bandeja del horno con papel vegetal y colocar las galletas encima.
Introducir al horno precalentado a 170 grados durante 15 minutos.
Dejar enfriar las galletas un poco antes de pasarlas a una rejilla para que se enfríen completamente.
Espero que os guste!!!
Justo ayer pensaba yo en hacer una masa con jengibre para hacer una casita, así que voy a tomar tu receta ya que si a tus niñas les ha gustado, a los míos fijo que también.
ResponderEliminarUn besote
si,si, seguro que les gustan, tienen un sabor muy suave. Besos
EliminarTengo la masa de las galletas en la nevera. El viernes vienen mis sobrinos a casa a pasar el día y había pensado hacerlos con ellos. Te han quedado preciosos.
ResponderEliminarUn besito desde Las Palmas.
Tienen una pinta realmente buena!!!! Me ha encantado la historia que nos has contado: realmente interesante!
ResponderEliminarTomo nota de tu receta para estas Navidades!
Un beso
Divertidos y bien ricos, lo curioso es que nos gustan mas a los mayores que a los peques de la casa.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué ricas deben estar!
ResponderEliminarAdoro todas las especias que le has puesto!
Creo que te vamos a copiar la receta! La verdad es que probamos unas hace tiempo, y también nos resultaron picantes, pero si a tus hijas éstas les gustó... pues habrá que probarlas!
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