Muy pronto el calor apretará y no vais a tener ganas de encender el horno, aunque sí sois como yo que lo enciende hasta en agosto, entonces sin problema. Pero como sé que la inmensa mayoría en verano el horno lo ven de lejos, en estos próximos 15 días seguiré con recetas que necesitan horneado y más adelante me pasaré a recetas sin horno o que se puedan hacer en slow cooker, microondas o que no necesiten ninguna fuente de calor, para evitar pasar un mal rato.
La receta de hoy son unos bizcochitos de buttermilk y limón que hago desde hace mil años porque a mi hija mayor le vuelven loca, y es que no es para menos porque el buttermilk le da una jugosidad increible y el añadido del limón ya es para tocar el cielo.
Esta receta es una de las que aparecen en mi álbum de recetas que he hecho gracias a Saal Digital ya que me propuso que elaborara un álbum de fotos de su gama profesional de manera totalmente gratuita, y yo más feliz que una perdiz me puse con el diseño, y al final lo que pretendía ser un simple álbum con fotos de mis bizcochos, se ha convertido en un recetario de cocina.
Le he llamado Bizcochos perfectos porque he elegido fotos que me gustan mucho, la mayoría son recetas que he horneado en moldes de Nordic Ware que sí los conocéis, cuando desmoldan en condiciones, quedan unos bizcochos preciosos y perfectos.
Sí queréis ver como ha quedado el álbum, podéis verlo pinchando aquí.
Bundtlettes de buttermilk y limón
Pero volvamos a la receta que es lo que os ha traído hasta aquí. Lo primero es deciros que no cunda el pánico al leer "buttermilk" porque aunque en España es casi misión imposible comprarlo salvo en algunos Lidl que se puede encontrar y no siempre, también se puede hacer en casa.
Hace años que no lo encuentro en ningún Lidl de Almería, así que no me queda otra que prepararlo en casa y lo hago de varias formas:
- Haciendo mantequilla casera como os enseñé en este vídeo, con un brick de nata conseguirás mantequilla y buttermilk. Además se puede congelar para usarlo en otro momento.
- O de una manera más fácil pero con un resultado bastante diferente a lo que es el buttermilk auténtico, y es lo que encontraréis si hacéis una busqueda en googel: Por cada 250 ml de leche añadiremos unos 15 ml de zumo de limón o vinagre de manzana. Se remueve con una cuchara y se deja reposar fuera de la nevera unos 15 minutos. El aspecto será como de leche cortada, ya estará listo para usar.
Otra opción es sustituirlo por leche sin más, por yogur de beber tipo Actimel, o a veces lo que yo hago sí tengo yogur en ese momento es mezclar el yogur con leche hasta alcanzar la cantidad deseada de buttermilk, pero no será lo mismo ni por asomo.
Para hornear estas delicias, he usado un molde de Nordic Ware de 6 cavidades, pero se puede hacer en un único molde de 6 tazas de capacidad o sí el molde es más grande, tendréis que duplicar cantidades.
El glaseado como siempre os digo es opcional , pero de verdad que yo no renunciaría a él, es verdad que es un extra de calorías, pero merece la pena porque le da un plus de sabor, a parte de lo bonitos que quedan, ¿no os parece?
Ya veis que se ve una miga super jugosa. Siempre que los hago he usado limón, supongo que si le ponéis zumo de naranja o lima quedarán también muy ricos, pero no los he hecho nunca así, pero supongo que quedaran igual de tiernos y jugosos, es cuestión de probar. Como en casa tengo un limonero, siempre tengo limones a mano y los uso mucho para mis bizcochos.
Espero que os guste la receta de hoy, ya os adelanto que es de las que pasarán a ser de vuestras favoritas.
Te recuerdo que la semana pasada publiqué dos recetones que no te puedes perder:
Nos vemos muy pronto!!!
Bizcochitos de buttermilk y limón
Ingredientes:
- 200 gr de azúcar.
- 2 cucharadas de ralladura de limón.
- 4 cucharadas de zumo de limón.
- 115 gr de mantequilla.
- 2 huevos tamaño L
- 240 gr de harina.
- 1 cucharadita (5 gr) de levadura.
- 1/2 cucharadita (2,5 gr) de bicarbonato.
- 240 ml de buttermilk
Para el glaseado:
- Precalentar el horno a 180 grados, con calor arriba y abajo.
- Engrasar con mantequilla y harina o con spray desmoldante un molde con 6 cavidades, de 5-6 tazas de capacidad.
- Mezclar el azúcar con la ralladura y el zumo de limón.
- Añadir la mantequilla y batir a velocidad media durante 2-3 minutos, hasta que la mezcla esté esponjosa.
- Agregar los huevos de uno en uno, batir tras cada adicción.
- Añadir los ingredientes secos (harina, polvo de hornear y bicarbonato) alternando con el buttermilk, empezar y terminar con los ingredientes secos.
- Verter la mezcla en el molde e introducir en la zona central del horno durante 30-35 minutos, hasta que al introducir una brocheta salga limpia.
- Dejar enfriar sobre una rejilla durante 10 minutos.
- Desmoldar y dejar que termine de enfriar sobre la rejilla antes de cubrir con el glaseado.
- En un bol mediano mezclar todos los ingredientes, agregar más zumo de limón o de buttermilk si queremos que el glaseado sea más liquido y más azúcar glas si queremos que quede más espeso.
- Verter sobre los mini bundt cakes y dejar reposar durante 10 minutos para que solidifique.
Glaseado:
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