Aunque os pueda sonar raro, este pan es de chocolate negro, vino tinto y además lleva trocitos de naranja confitada. No me he vuelto loca, la combinación es increíble, espectacular, para repetir en más de una ocasión.
Lo primero que os preguntaréis es sí es un pan dulce. Pues dulce no es, aunque lleva un poco de miel y naranja confitada, es un pan que no está dulce, aunque es verdad que si muerdes un trozo de naranja te lo puede parecer, pero ya os digo que no, además el chocolate que lleva es negro y sin azúcar añadido.
Este pan es perfecto para tomar untado con mantequilla y mermelada, y si es de naranja mucho mejor. Pero también combina a las mil maravillas con un queso curado. Desde luego es un pan para sorprender.
Otro de los ingredientes que os puede resultar "raro" es el arroz cocido, pero ya lo probé en un pan que hice esta semana, que espero subir la receta la semana próxima, y me gusto mucho el resultado, así que lo he querido integrar también en esta receta. Lleva 100 gr de arroz cocido, quiero deciros con esto que sí cocéis 100 gr de arroz, al final os juntaréis con arroz para dos panes, así que con unos 60 gr granos de arroz tendréis los 100 gr que necesita la receta, pero nunca viene mal tener arroz cocido en la nevera!
Cuando empecé a maquinar la receta, pensé en añadirle nueces y arándanos en lugar de la naranja confitada pero al final pensé que la combinación chocolate negro-naranja nunca falla. Pero os dejo una idea para que experimentéis en casa.
El vino se evapora durante la cocción, por lo que es un pan apto para todos los públicos.
En esta ocasión le he dado forma alargada, de torpedo o bâtard como lo llaman los franceses, pero si queréis un pan con más miga que corteza entonces le podéis dar forma de hogaza.
Como siempre he horneado en una cazuela de hierro fundido alargada parecida a esta cocotte, ya sabéis que salen panazos en ellas, pero os digo cómo hacerlo sin cocotte, sobre bandeja o piedra de horno.
Es una masa algo pegajosa y pringosa, por lo que hay que amasar usando la técnica de Bertinet o amasado francés, o bien usar una amasadora con gancho o la panificadora, siempre haciendo pausas de reposo para que la masa no se sobrecaliente.
Otra técnica que siempre uso con mis panes y que me da estupendos resultados, a parte de no tenerme sacrificada y pendiente toda una mañana, es la fermentación en bloque en la nevera. Ya sabéis...el reposo amasa.
La receta puede parecer un tanto laboriosa, pero no es para tanto, con el pan hay que tener paciencia, sobre todo sí la temperatura ambiente es baja, ya que tardará más tiempo en levar.
Solo os digo una cosa, en casa me miraron raro cuando les dije de que era el pan, y cuando vieron el color de la masa pensaron que era un bizcocho. Al día siguiente vieron el resultado y me costo un poco convencerles para que lo probaran, pero ha sido un éxito rotundo, y en el trabajo que lleve un trozo también gustó mucho y sobre todo sorprendió bastante.
No sabéis los desayunos que me tomo cada mañana (porque congelé unos trozos para mis tostadas mañaneras), untado con mermelada casera de naranja. Para perder la cabeza!!!
Con esta receta participo en el concurso para bloggers organizado por Chocolates Valor. Deseadme mucha suerte!!